
26 Feb El duelo y sus etapas
¿Estás viviendo o has vivido una ruptura amorosa? ¿Has perdido a un ser querido? ¿Conoces cómo es el proceso de duelo?
El duelo y sus etapas, ese gran desconocido que tanto tememos que llegue. La mejor forma de afrontar un proceso de duelo es conociéndolo, descubrir su sentido y vivirlo a nuestro favor. Si nos damos cuenta, en la actualidad, el número de separaciones y divorcios va en aumento. Es en ese momento, en que decidimos dejar una relación o bien cuando nos dejan, que comenzamos un periodo transitorio llamado “duelo”. Aunque me centraré más en el duelo amoroso esto es también valido para aquellas personas que han perdido un ser querido.
EL SHOCK INICIAL
Cuando tomamos la decisión de dejar a una persona o nos llega la noticia de que quieren poner fin a la relación, puede resultar liberador para algunos, pero también es frecuente sentir que el mundo se nos cae encima. Entras en un momento en que no haces más que preguntarte cómo has podido llegar a esa situación. Nunca hubieras creído que te iba a pasar a ti. Te sientes descolocada.
NEGACIÓN DE LO OCURRIDO
Cuando consigues ver lo que te espera a partir de ese momento prefieres aferrarte a la persona con la esperanza de que cambie, fantaseas con volver, estás pendiente de si te escribe, de si se conecta, piensas que ha podido ser por algún error y que entrará en razón, tratas de buscar y rebuscar soluciones o posibles opciones, prefieres mantener pensamientos que te recuerden los momentos bonitos que tuvisteis, pierdes la dignidad y te rebajas a cambiar, a seguir dando más de ti, tratando de negociar y hacer lo que sea que te permita mantener la esperanza de volver a estar juntos. No terminas de aceptar que la relación ha terminado, que se fue, que ya no estará en tu vida.
Quedarte en esta etapa está afectando a tu autoestima, estás perdiendo tu esencia, tu forma de ser por adaptarte a hacer y ser lo que sea para alguien que ya no está en tu vida. Estás otorgando un poder que te pertenece a alguien que ya se ha ido. Estás dedicando un tiempo que bien podrías aprovechar para ti a alguien que decidió alejarse de ti.
CAOS EMOCIONAL
A medida que te vas dando cuenta de que efectivamente esta persona seguirá su camino lejos de ti te vas adentrando en un viaje por distintas emociones que no tienen por qué vivirse en el orden que te cuento pues cada uno lleva su proceso. También hay personas que se pueden quedar ancladas en alguna de esas emociones sin evolucionar, provocando estados de ánimo depresivos, de ansiedad, de ira…
También hay que considerar que el duelo no se produce necesariamente después de la ruptura. Hay quienes han podido ir viviéndolo mucho tiempo antes (adelantado) hasta que deciden dar el paso y es más la liberación, en otras ocasiones podemos seguir adelante como si todo fuera de maravilla (enmascarado) y con el tiempo aflorar el duelo (retrasado) o por qué no, hacerlo perpetuo (crónico) en nuestra vida sin evolucionarlo. A continuación, quiero contarte que implica cada una de estas emociones, para que las veas de lo más normal, que tengas en cuenta el beneficio que traen y te permitas expresarlas.
Respeta en todo momento tu ritmo y proceso sin compararte con otros. Si con todo esto te das cuenta de que en algo no estás actuando bien, corrige y sigue adelante, sin alimentar tu voz crítica interior. Cuida la forma en la que te tratas pues hoy es un buen momento para empezar a quererte y si con todo esto crees no poder hacerlo sola, pide ayuda. Hazte amiga de estas emociones, compréndelas pues han venido aquí a ayudarte en este proceso y serán ellas tus aliadas para transitar este proceso de duelo.
EL MIEDO TE VISITA
Así, por ejemplo y para empezar con alguna de ellas, nos encontramos con el miedo que nos atrapa y paraliza. Lo primero que nos lleva a pensar de esta emoción es su negatividad, pues nos retiene con fuerza y nos lleva a pensar: “qué voy a hacer ahora con mi vida” “no voy a poder salir adelante sola” “tengo miedo de no salir de ésta” “tengo miedo a que me vuelva a suceder” … unos miedos que nos nublan y nos impiden ver más allá. Sin embargo, tiene un propósito muy positivo si lo usas a tu favor, y es justo eso el de hacerte parar, no precipitarte a lanzarte de nuevo, sino entrar en ti misma para recuperar aquellos recursos, talentos, herramientas y estrategias para seguir de aquí en adelante.
Quedarte anclada aquí también tiene sus riesgos pues te puede conducir a una ansiedad que emanará a la mínima que anticipes el riesgo de volver a caer.
LA TRISTEZA TE AHOGA EN SUS LÁGRIMAS
El miedo solo no puede, necesita a su fiel amiga la tristeza, que le aportará el recogimiento y el aprendizaje de lo vivido ante la pérdida de un ser querido o por la ruptura de una relación. La tristeza te permite tomar contacto con la realidad. Empiezas a darte cuenta de que no está ya en tu vida, que tienes que seguir adelante sin ella y comienzas a extrañarla. Aparecen unos vacíos en tu tiempo, en tu día a día que antes ocupaba esa persona y ahora no sabes cómo manejarlos, qué hacer con ellos, por lo que te vuelves a acordar más de él o ella y te vuelves a sumergir de nuevo en esa tristeza.
Quizás te entregaste demasiado al otro sin respetar tus espacios y tus tiempos y ahora que tienes tiempo, te sientes sola y sin saber qué hacer. A parte del recogimiento que te trae esta emoción, será la encargada de permitirte comenzar a asumir la pérdida. Es posible que tengas deseos de estar sola, de llorar y llorar, de buscar consuelo en quienes te rodean. Llegados a este punto es frecuente comenzar a preguntarse “¿por qué me ha ocurrido esto?”.
Si te quedas anclada en esta fase puedes caer en el peligro de entrar en una tristeza profunda y llegar incluso a la depresión.
EL PESO DE LA CULPA EN TUS ESPALDAS
Ante la pregunta planteada anteriormente “¿por qué ha ocurrido esto?” es fácil caer en justificaciones y en culpas buscando un responsable. Puede que seas de las que echan la culpa hacia afuera, hacia el otro o bien de las que carguen con ellas. Así te empiezan a venir recurrentemente a la mente pensamientos que atacan directamente tu autoestima con todo aquello que has hecho, por lo que has sido, por aquello que podías haber dicho o hecho de otro modo…
La emoción de la culpa nos viene a decir que se ha producido un daño y nos reclama repararlo y eso está bien, pero una vez que la ruptura ha sido efectiva no se trata de buscar culpables sino de hacerse ambos responsables de la situación. Y digo ambos, porque la relación es de dos, y ambos sois responsables de lo que ha pasado. No es muy justo cargar uno solo con toda la responsabilidad. Tanto mal hace el que maltrata como el que permite que le maltraten.
Quedarte anclada en esta emoción te puede conducir al rencor y odio hacia el otro (si echamos culpas fuera) o a llevar a tus espaldas una carga muy pesada que no te corresponde.
LA FUERZA O ESCLAVITUD DEL ENFADO
Es por ello que para no quedarse atascada en esta emoción os recomiendo sustituir esa pregunta por esta otra “¿para qué has tenido que pasar por esta situación?” Ya sabemos que la respuesta está en uno mismo, y esta pregunta será clave para evolucionar en este proceso.
Sin embargo, los cambios de humor también son frecuentes y puede aparecer la rabia, el enfado o enojo. Hay muchas mujeres que, por temas culturales, el enfado no les está permitido como conducta aceptada, al igual que en el caso de los hombres es la tristeza la que no está bien vista en ellos. Pero llegados a este punto es fundamental y necesario que viváis ésta emoción.
Que os enfadéis, que os sintáis molestos por lo que os ha pasado, que reivindiquéis vuestro derecho a ser felices, a mereceros cosas buenas. ¿Sabéis por qué? Porque el enfado provoca una activación en el cuerpo que te dará fuerza, empuje a salir de hoyo, ánimo para enfrentarte a lo que te viene en adelante, representa tu motor de arranque. De algún modo te mantendrá alejada de la otra persona, lo cual te facilitará las cosas hasta que logres terminar el proceso de duelo.
Quedarse en esta etapa te llevará a ser esclava de esa persona. Entrar en el odio y rencor no es lo más sano, ni para ti, ni mucho menos para tu autoestima.
LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL
Digamos que hasta aquí has ido tocando fondo. Ahora toca coger impulso y comenzar la subida empezando por la aceptación de los hechos. Es muy importante considerar la distinción entre aceptar los hechos y aprobarlos. Se puede no aprobar una situación indeseada y sin embargo aceptar que ha ocurrido, que ha tenido lugar por alguna razón. Solo cuando seas capaz de aceptar lo ocurrido te verás en disposición de alcanzar el perdón, esta será la clave que te permitirá soltar, aligerar esa carga que has llevado durante mucho tiempo.
Da igual si el otro te perdona o no, eso ya es cosa de él o ella que no está en tus manos, lo que si puedes hacer tu es perdonarte a ti misma y pensar que lo que hiciste, lo hiciste con los recursos que tenías antes, con lo que sabías y de la mejor forma que pudiste hacerlo. Ahora con todo el aprendizaje recibido en este proceso, te encuentras en disposición para comenzar la búsqueda de un nuevo sentido a tu vida, para finalmente encontrar el equilibrio y paz.
Sabrás que has superado este proceso cuando seas capaz de mirar hacia atrás si sufrimiento, mirar al futuro sin miedo y vivir el presente con amor.
Para no extenderme demasiado en este post, te escribiré otro dando más detalle a este último párrafo y para que veas como todas esas emociones hacen su aportación para salir del proceso de duelo.
Si no te lo quieres perder puedes suscribirte abajo para estar al tanto de próximos eventos, artículos, actividades… Además, recibirás totalmente gratis un eBook y audio meditación para trabajar la culpa y que no te quedes anclada en ella.
Si te ha gustado te agradezco lo compartas, tal vez haya alguien cercano a ti que le venga bien entender el proceso por el que está pasando. Es fácil que todos, en algún momento de nuestras vidas tengamos que pasar por un duelo así que conocerlo no está de más.
¿Te has sentido identificada? ¿En qué emoción o emociones te encuentras? ¿Hay alguna que te cueste superar? ¿Cómo lo estás viviendo? Deja tu comentario, me encantará leerlo y seguramente contribuirás a que otras personas se identifiquen y vean que no es algo que sólo les pasa a ellas.
Si quieres conocer algo más sobre emociones como la culpa, mira este post.
María C.
Posted at 17:43h, 13 junioHola.
He leído tu post.Muy interesante.
Me ha ayudado mucho.
Ahora estoy en la fase donde ya no lloro ni me enfado
conmigo misma por no haber sabido manejar la ruptura de otra forma.
Eso aun me molesta un poco.
No hay peor ruptura que aquella en la no te dan explicaciones. Es muy cruel por parte de el.Se ha cubierto sus espaldas , se ha puesto un escudo y de esa forma ha evitado dar explicaciones, no ha tenido que enfrentar mis respuestas, mis preguntas.
Quizás su forma de dejar la relación ha sido lo peor de aceptar.
Hacerlo de esta manera te deja inerme, te deja truncada debatiéndote en mil laberintos de preguntas y razones.
Todavía me queda camino por recorrer…., Sanar, reconstruirme.Soltar.
Saludos
M.C.
Isabel Alarcón García
Posted at 15:57h, 16 junioHola María, te entiendo, hoy en día parece que esta forma de romper y desaparecer es más habitual de lo que pensamos. Tengo pendiente escribir un post sobre ello. Bien sabes que no podemos cambiar al otro, que nos puede gustar que hubiera sido de otro modo, que hubiera dado la cara. Tal vez fue su forma de protegerse, su inseguridad, porque no tenía los recursos o simplemente no supo hacerlo de otro modo. Igual que tu comentas que te molesta no haber sabido manejar tu ruptura de otra forma, tal vez él no supo romper de otra forma. No quiero excusarle, simplemente que entiendas que cada cual hace lo que puede y sabe en ese momento o lo que considera que es mejor. No tiene sentido que te aferres a ello, pues esos pensamientos te hacen «exclava de él». Ahora es momento de aceptar lo que ha sucedido (que esto no quiere decir que no lo apruebes) soltar esa energía que pones en él y dirigirla hacia a ti, para como dices, seguir avanzando (pero sin cargas). Un abrazo María.
María C.
Posted at 15:44h, 24 junioMuchísimas gracias Isabel.Tratarè de verlo bajo esa óptica pero es complicado cuando además del dolor causado quieren arreglarlo diciéndote frases como : » vete al gym o ponte a correr que asi lo superarás antes»
Ahi ya no es que no sepan cómo romper o que les resulte difícil enfrentar el hecho en sí.
Palabras como esas y otras que me dijo el último día se me han quedado grabadas.
Una persona que unos meses antes te decid que eras lo mejor que le habih pasado en su vida, que eras un regalo del destino….y etc.
Alguien que dice amarte tanto no es posible que días después se convierta en alguien totalmente diferente.
Yo sigo a día de hoy sin saber el porqué.
Intentare cómo tu me aconsejas..volcar toda esa energie en mí, en quererme más.
Cordialmente
María.
Isabel Alarcón García
Posted at 10:10h, 25 junioHola Maria, es muy habitual q cuando la gente te ve mal quieran cortar esa emoción. Esta bien q salgas y demás pero tb q respeten tu espacio de estar en ti. Eso no lo podemos cambiar pero si q esta en tu mano comunicarles lo q sientes y necesitas.
También te digo q puedes cambiar el preguntarte para qué en lugar de por qué, por la sencilla razón de que el por qué actuó así es muy complicado q te de una respuesta, o a saber si te la da es cierta o no. Sin embargo, preguntarte el para qué te ha sucedido esto, la respuesta te la vas a dar tu, la vas a encontrar en ti, y esa será la q te de el aprendizaje de toda esta experiencia vivida, de modo q si te vuelve a suceder ya iras con un nuevo conocimiento y podrás actuar igual o de otro modo si así lo quieres.
Un abrazo María
Sophie
Posted at 00:54h, 09 abrilMe encantó lo que leí. Yo tb me separé hace poco y si bien fue de mutuo acuerdo y hablamos y acordamos durante un par de semanas, cuando se hizo ‘efectiva’ cambió su parecer y sus ‘pretensiones’. Yo me separé por sus largas jornadas laborales y poca implicación en el cuidado de nuestros peques, pq no me sentía en absoluto valorada por él, y por su familia que nunca me quiso ni lo intentaron. En su caso no tengo muy claro porque lo hizo, nunca quería hablar, me imagino se fue desenamorando y yo creo me iba dando cuenta y tampoco me importó. Sin embargo meses después he descubierto que aún seguía enamorada, no sé si de él o de lo que un día tuvimos. No sé exactamente en qué fase estoy pq las mezcló un poco todas. Sí tengo claro se acabó y ya no le echo a él toda la culpa. Y quiero quedarme con lo bueno que hubo y no quiero odiar, pero a veces me lo pones muy difícil pq no quiere ni hablar de los niños, quiere ir por separado en todo y tenemos que entendernos por los peques, o yo lo veo así. Sí no hubiera niños, entienda me, sería más fácil, pero los tenemos y son lo mejor. Y creo que un mínimo entendimiento sería exencial, y creo ésto es lo que no me deja avanzar. Seguiré leyéndote.gracias
Isabel Alarcón García
Posted at 14:05h, 12 abrilHola Sophie!! Gracias por compartir. Me falta información para decirte algo concreto. Si lo deseas podemos agendar alguna sesión online de coaching para tratar el tema en profundidad. Lo que te puedo decir en base a lo que leo, por si te ayuda es lo siguiente:
1. Como bien dices, hay que distinguir si estás enamorada o te aferras a esos buenos momentos dificultándote así el paso para continuar. Sin duda habrás vivido momentos maravillosos y otros no tanto, son perfectos, pero ten en cuenta que a partir de ahora surgiran otros buenos momentos y otros no tan buenos.
2. Yo soy de las que piensa que TODO tiene su lado lado bueno y no tan bueno, de nosotros depende elegir cuál es en el que nos queremos enfocar.
3. Efectivamente no es momento de culpas, sino de responsabilidades, y en ello soy ambos, como miembros de una pareja ambos sois responsables de lo sucedido y de lo que se puede hacer de aquí en adelante. Si no te has hecho, puedes suscribirte a la página web y podrás descargarte gratuitamente un ebook y meditación guiada sobre la culpa. Te ayudará a entender mejor esta emoción y lo que puedes hacer con ella.
4. Si tienes claro que todo se acabó, piensa que estás en un momento de inflexión en tu vida, que marcará un antes y un después. Ahora es momento de reajustes, cambios, restructuración y es normal ese caos que puedes sentir. Es importante saber identificar tus emociones, entenderlas como parte de un proceso, pues eso también te ayudará a entender que la otra persona también tiene su proceso. Que ambos no lleváis el mismo ritmo. Que mientras tu puedes sentirte triste, el otro puede estar con rabia. Que mientras uno evoluciona, el otro se puede quedar enganchado en una determinada emoción. Entenderlo te ayudará a no tomártelo como algo personal, de estar a la defensiva y por su puesto, ello ayudará a que tus hijos lo vivan de un modo más saludable.
5. Por otro lado, también quiero comentarte que vivimos en mundos interpretativos donde cada uno tiene su verdad, su forma de ver las cosas.
Ni la tuya tiene que ser la mejor, ni tampoco la suya. Ambos miráis la vida con distintos ojos. Cada uno tiene puesta su mirada bajo un sistema de creencias, de emociones, de pensamientos, de formas de actuar distinta. Pretender que el otro cambie, que haga las cosas de otro modo, que lo haga según creamos nosotros, no tiene sentido, no te va a llevar a ningún lado. De lo único que podemos ocuparnos es de nosotros mismos. Entiendo que como madre deseas lo mejor para tus hijos, pero piensa que no estamos solos en el mundo y que en unos años cuando sus referentes sean sus amigos, podrán encontrarse con pensamientos o formas de actuar distintas a las nuestras. Con esto te quiero decir, que puedes tomarte de forma negativa el hecho de que el padre actue de forma diferente a como tu lo harías, o puedes tomártelo de forma positiva, pensando que puede ser enriquecedor para tus hijos el ver que hay mas formas de hacer las cosas. Tu en tu casa podrás poner unas normas, él en su casa podrá tener las suyas y a tus hijos podrás enseñarles que esto es algo que ocurre en la vida. En una biblioteca hay unas normas, si vas al médico habrá otras.
Bueno he tratado de responderte con algunas pinceladas. Si necesitas algo más, quedo a tu disposición pudiendo concertar una sesión. Recibe un cordial saludo y mucho ánimo y a seguir avanzando que hay mucha vida por delante que nos está esperando.