Destino, casualidad o causualidad

El destino y su relación con la casualidad y causalidad

 

¿Destino, casualidad y causalidad son excluyentes? ¿Vivimos una vida determinada o tomamos acción en ella? ¿Podemos cambiar nuestro destino? ¿Cómo damos explicación a lo que nos ocurre de forma inesperada?

 

A lo largo de nuestra vida nos encontramos con situaciones, personas, sucesos que se nos presentan de forma inesperada y hacen que nuestra vida de un giro. Ante la necesidad de dar una explicación racional del por qué o para qué, podemos utilizar uno de estos enfoques:

El destino, está escrito. Puedes llamarlo Dios, el Universo, una fuerza desconocida, el karma… hay algo, que tiene un plan para cada uno de nosotros y así nos va presentando las escenas y personajes con los que interactuar. Nada ni nadie se presenta por azar.  Tenemos una meta o destino marcado, como si de un mapa de ruta se tratara. Independientemente del camino que tomemos, nuestro fin es llegar a ese destino.

Por contra, la casualidad, defiende más el hecho de que las cosas ocurren de forma casual, al azar, sin propósito alguno. Ocurren sin más.

Otra forma de considerar estos sucesos es a través de la causalidad. Aquí entendemos que lo que nos sucede es debido a las decisiones que tomamos y las acciones que hemos realizados. En este caso vivimos la vida somo sujetos activos y responsables de lo que nos pasa.

Ahora bien, preguntarse cuál es la mas acertada, dependerá de cada uno. Del modo en que pienses, veas y te enfrentes al mundo. Tal vez te encuentres en un punto de tu vida en que no buscas ni te interesen explicaciones y prefieras ver que lo sucedido es una simple casualidad. En cambio si te gusta creer que hay algo mágico que te ha sido conferido y está esperándote, algo escrito y destinado para ti, puede ser ésta tu opción. O por el contrario, si eres de los que les gusta tomar acción, tener control y ser responsable de tu vida, podrías decantarte por la causalidad.

El destino y su relación con la casualidad y causalidad es algo que un día me llamó la atención y me pregunté ¿podrían estos tres enfoques ser compatibles y coexistir en una misma persona? Para dar respuesta se me ocurrió esta breve historia:

 

Cartas de la baraja

Destino, casualidad y causalidad se dan la mano.

«La vida es un juego donde todos ansiamos ganar la partida. Para unos será aprender a respetarse, para otros encontrar el amor, quizás prefieras la felicidad o simplemente aprender a escuchar. Tal vez no te quedó claro lo que es saber amar, aunque eso implique aprender a dejar marchar. Llevamos muchas vidas jugando y en cada una hay un regalo dispuesto para nosotros. Sin embargo, llegamos a este mundo con una gran incógnita. Desconocemos lo que vamos a ganar y ni siquiera tenemos un plan para conseguirlo. Pero tranquila, de eso se encarga el destino. Cada vida reparte las cartas justas y precisas para que lo consigas. No te las entrega todas de una vez, te las va dando a medida que juegas y las vas necesitando.

Hay momentos en que al recibirlas gritas y alabas la suerte que has tenido ¡qué casualidad, ha sido fruto del azar!  No necesitas ni quieres más explicaciones.  Imagínate también, lo agotador que resultaría si tratásemos de estar buscando continuamente explicaciones a todo. ¿Por qué no permitirse un poco de improvisación o salida de juego?

En otras ocasiones, en cuanto el destino ve que te desvías del camino, te hace entrega de una nueva carta para reconducirte en tu ruta. Tal vez fue por no prestar atención, por no terminar de verlo claro, por no aprender la lección o simplemente no fue tu mejor decisión. Encontrar la causa te ayudará la próxima vez, a jugar mejor tu carta y acercarte más a tu destino final. Puede ser gratificante en ciertos momentos sentirte responsable de tu juego y llevar el control de tu propio camino bajo la supervisión del destino.

Difícil puede resultar ganar la partida sino haces baza. Hay quienes se quedan esperando a conseguir el premio, esa felicidad o amor que están esperando. Se quedan observando a su alrededor, con miedo a perder sus cartas y fracasar, con la idea de creer no saber jugar, con la esperanza de que se les dé ya hecho. Es cómo un órdago, te juegas una única carta a ganar o te arriesgas a acabar la partida sin conseguirlo. No te preocupes, vendrá una nueva vida en la que probar más suerte, en la que te llevarás todas las cartas que no jugaste

 

Como veis esta es la forma en que yo concibo como el destino, la casualidad y causalidad pueden llegar a darse la mano. Pero ni una visión es mejor ni peor que otra, son distintas y cada uno decidirá cuál es la que mejor le conviene en cada momento.

 

Las personas no llegan a nosotros por casualidad

Yo soy partidaria de que las personas son como son y están todas donde tienen que estar. El que nos encontremos o no con unas u otras dependerá de nuestro sistema de atención.

Cuando se lleva a cabo una atención selectiva lo que hacemos es justamente poner foco en una serie de estímulos e ignorar el resto. Debido a nuestra capacidad limitada de procesamiento, no podemos hacer frente a todos los estímulos que nos llegan, necesitamos obviar los que no necesitamos en ese momento. Con las personas ocurre lo mismo pero resulta tan sutil e inconsciente que no nos damos cuenta. De ahí que entremos a conocer personas que cumplen con un mismo patrón una y otra vez.

Hay quienes hablan de ángeles, energía, vibraciones, atención.. da igual, la base es la misma. Usa la que más te resuene o conecte contigo. Por ejemplo, si hay alguien emitiendo en una frecuencia y tu tienes sintonizado tu receptor en esa frecuencia podréis contactar de lo contrario será como una mera interferencia.

Es bien conocido el ejemplo de que si quieres quedarte embarazada, es tanto tu deseo y motivación que rediriges tu atención a ello y obvias lo demás. Por ello, en ese periodo ves a embarazadas por todas partes. De repente quieres comprar una casa que se te hace prioritario antes de que nazca el bebe y tu atención se dirige a carteles que ves e inmobiliarias. Las embarazadas no han desaparecido, siguen ahí. Y no es que ahora haya más casas en venta, son las mismas, lo que ocurre es que ahora tu mirada pone foco en ellas, en aquello que necesitamos.

Hay unos 7.500 millones de personas en el mundo. Cada una de ellas emitiendo su propia onda, frecuencia, energía. Tu estás ahí también, con tu aparato receptor por un lado y por otro emitiendo  a una determinada frecuencia. De repente sintonizas con alguien. El destino te acaba de hacer entrega de una carta. Esa persona estará y te acompañará en tu camino para enseñarte algo, hacerte un regalo, para hacer ver algo en ti, para reflejar tu luz, o por que no, tu sombra. Estará el tiempo justo, preciso y necesario para prepararte. Puede ser que en un momento dado sea el otro quién se aleje o bien seas tu que te vayas apartando. Bien por que ya aprendiste, bien porque ya enseñaste.

 

Más que preguntarnos POR QUÉ, preguntémonos PARA QUÉ llegan a nosotros

Ahí podremos encontrar respuestas de tipo:

Encuentro de personas

Algunas personas llegarán para despertarte y provocar la acción y movimiento en ti. Para dar luz a tu camino en esos momentos que te encuentras perdida. Poner paz y amor para hacer más llevadero un sendero tortuoso. Estarán los que te abren puertas ofreciéndote oportunidades y nuevas rutas para caminar, sin olvidar los que las cierran para dar fin a un capítulo.

Aquellos que te ponen en situaciones difíciles para que superes tus miedos, descubras los recursos que llevas dentro y te enfrentes a tus fantasmas. Llegarán los que te roben lo más preciado, para enseñarte el valor de las cosas o personas, para encontrarte contigo misma y tener tiempo para ti.

Aparecerán los que quieren enseñar a protegerte pese a los golpes que te puedan dar. Los que quieren que confíes en ti trayéndote mentiras. Aquellos que te maltratan para que aprendas a amarte tanto que no les dejes entrar en tu vida. No faltarán los que generan conflictos para que resuelvas los tuyos internos. Los que te enseñan a pedir perdón, a pedir ayuda, a decir que no. Algunos vienen simplemente de visita, pero dejan en ti una gran huella.

Vendrán los que vienen a abusar, aprovecharse de ti para que aprendas a poner límites. Estarán los que no te prestan atención y siempre están ocupados para hacerte ver que tu también mereces tu tiempo y disfrutar de tus ocupaciones.

Algunas personas vendrán a ponerte a prueba, a retarte, para ver si aprendiste la lección. Te pondrán en una situación difícil, al límite, permitiéndote ver si nuevamente repites jugada o si todo lo aprendido te lleva a actuar de otro modo que se acerque más a tu objetivo.

Como veis, estos son algunos ejemplos que se me han ocurrido, pero puede haber tantos y tantos como personas. Todos están bien, todos son perfectos y correctos. Entender esto te ayudará a aceptar al otro, a no querer cambiarlo, a conocerte a ti misma, a no apegarte a alguien y dejarle ir cuando corresponda. Al final todo depende de ti, en cada momento la carta que recibes y la jugada que quieres realizar.

Agradece cada carta que te ha sido entregada o está por llegar. Reconoce lo afortunado/a que eres por lo que te trae cada encuentro y la posibilidad de enriquecer tu también al otro.

Que mejor regalo nos puede tener preparado el destino que llegar a conocernos, aceptarnos, respetarnos y amarnos. La felicidad está en tus manos, así que juega bien tus cartas.

 

¿Tu eres de destino, casualidad y/o causalidad? Si te ha gustado no olvides compartirlo y me encantará leer un comentario con tu opinión.

 

2 Comments
  • Toñi
    Posted at 22:35h, 13 octubre Responder

    Qué instructivo!! Me ha hecho caer en la cuenta que todas las personas que han estado en tu vida, han sumado. Incluso aquellas que en principio piensas q no aportaron nada positivo. Si lo analizamos seguro que sacamos un aprendizaje o salimos reforzadas en algún aspecto.
    Muchas gracias Isabel.

    • Isabel Alarcón García
      Posted at 09:26h, 14 octubre Responder

      Así es Toñi. Cuando os envié un mensaje con el enlace del post, pensé en cada uno de vosotros. No nos solemos parar a pensar en ello. Pero este ejercicio, aunque sea de escribir me ha servido para pensar en ello, en cada una de las personas (o de unas cuantas que sois muchos, jeje) y tratar de entender que me habéis aportado. Quizás en el momento puede resultar difícil de ver o entender, pero cuando miras hacia atrás, cuando miras con otra perspectiva, desde fuera, desde otro lugar se puede ver más claro.
      Un bonito ejercicio que os animo a practicar de vez en cuando.
      Un abrazo y gracias también a ti por leerme.

Deja un comentario